A Carmen, la señora que cuido le han comprado un timbre de
esos que si pulsa toca en mi habitación y se enciende una luz intermitente azul
mientras suena, pues esta noche no sé qué le habrá pasado que lleva toda la
noche tocando en botoncito dichoso y más que Laura me he sentido Colombo,
jjjajj.
Dice que veía a su marido y a no sé a quién más y le
chillaba que se fuera, salté de la cama todas la veces que pulsó el botón que fueron
cuatro o cinco en menos de dos horas y al final me levanté porque no me daba
tiempo a coger el sueño de nuevo y aquí estoy, tomándome un café y escribiendo
y contando esta experiencia.
Unas de las veces me preocupó porque decía que no estaba en
su dormitorio, que el armario estaba delante de la puerta y que ese no era su
cuarto, casi tuve que incorporarla para que viera que sí que estaba en su habitación
y luego para tranquilizarla me puse a rezar con ella pero todavía ahora, medio
vencida por la noche sin dormir, sigue hablando con su marido José.
Le cuesta aceptar que ya partió de este mundo va a hacer un
año y ella dice que está vivo y su tarea es que cuando por las noches lo ve no
le hable y se quede de pie a sus pies y no se eche en la cama. Pobre mía, me da
pena porque ha de sentirse sola para pasar todas las noches con la misma
tarea, aunque a mí es la primera vez que me despierta y tiene en vela por esto.
Antes tenía una campanilla que le daba apuro tocar porque su hermano vive en el
piso de abajo pero con el botón como toca y además ella no lo oye porque suena
en mi habitación si que toca y después de esta noche…bendita la gracia que me
ha hecho el “chisme” ese a mi. Jjja
Espero que no sean todas las noches así porque sino, lo
llevamos claro.
LAURA
