Veinticinco de febrero
de este año 2015,
miércoles era aquel día...
cuando al cielo tu te fuiste.
Fui yo quién dio la noticia
de que habías fallecido,
te lloré con mucha pena...
sin decirme adiós te has ido.
Ni siquiera los vecinos
hemos sido ni avisados,
tus hijos nada dijeron...
para haberte acompañado.
Acompañarte a ti, digo bien
ellos quedaron a gusto,
no te echaron cuenta vivo...
muerto no has dado disgusto.
Otros si que hemos sentido
el modo en el que te has ido,
sabíamos de tus rarezas...
hoy te añoramos amigo.
Cuando entro en Los Marines
te veo en mitad de la barra,
con tus vinos por las noches...
café y prensa en las mañanas.
Me hablabas de tus poemas
de memoria recitabas,
nos cantabas tus canciones...
y por cierto mal cantadas.
Pero así eras tu Miguel
un alma libre y muy brava,
un corazón escondido...
que a casi nadie enseñabas.
Me enseñaste muchas cosas
que no olvidaré jamás,
al sincerarte conmigo...
te liberaste sin más.
Yo he conocido a un Miguel
que los demás desconocen,
corazón en carne viva...
quién sabe lo que uno esconde??.
Te doy las gracias amigo
por confiar tanto en mi,
tu sinceridad y consejos...
para mi mejor vivir.
Pozo de sabiduría
que muy pocos apreciaron,
conversaciones profundas...
que otros muchos despreciaron.
Ahora que tu ya duermes
dejaste conciencias de pie,
fuiste un padre inapreciado...
que todos lloraran después.
LAURA
