Me siento libre y feliz
cabalgando por mi playa,
por fin pude dejar otras...
que me afixiaban, me ahogaban.
Porque tengo un alma libre
aunque me encierre en mi casa,
porque nadie me domina...
ni va a marcarme una pauta.
Y porque presto mis alas
sin dejar que me las corten,
porque odio "los regalos"...
que se cobran a la postre.
Porque al ser muy generosa
siempre olvido lo que he dado,
e intentar comprar a alguien...
nunca jamás lo he pensado.
El dinero compra mucho
nunca amor ni la amistad,
quien así intenta hacerlo...
es mala gente sin más.
